La despedida

Ha llegado la hora, amor,
La hora de cerrar mis ojos,
Más no la de dejar de verte,
Porque los ojos del alma,
No los cierra la muerte.

Solo si vives, viviré, inmortal seré,
Y mientras duermas, ahí estaré,
Seré el protector de tu calma,
Tu atrapasueños será mi alma.

Solo moriré si me olvidas,
O si se te borra la sonrisa,
Que si mis memorias te perturban,
Con gusto asesinaré mi recuerdo,
De tu corazón lo soplaría.

Se feliz, pues ese es mi cielo,
Mi paraíso son nuestros recuerdos.
Prometo envejecer de tu mano
Mi alma flotará a tu lado,
Y si Dios me lo permite,
Te escribiré de vez en cuando.
Mis cartas serán tus sueños,
Tu compañía será mi canto.

No prometo visitarte algún día,
Pues de tu lado jamás me marcharía.
Aunque no me veas, ahí estaré,
Seré el pañuelo de tu llanto,
Y el eco de tu sonrisa.

Seré la brisa que te acaricie,
La nube que te cubra en el día,
La lluvia que rose tu superficie,
Seré la misma mierda que pises,
Si es necesario para seguirte.

Hoy las leyes de los hombres,
Mi muerte obligan,
Pero mañana la ley de Dios,
Me hará justicia.


Y.A.A.S.
El Recolector de Palabras.



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